miércoles, 19 de agosto de 2015

"...parezca nuestra esperanza"

Hoy 19 de Agosto se cumple un año de la muerte física de mi papá.
Para ser sincera el día de su muerte no fue el día en que más sufrí, no sé puede llorar tanto ante lo inevitable, o tal vez se pueda, pero yo no lo tomé así, sólo me quedaba aceptar y resignarme. Lloré por el alejamiento dimensional que significa la muerte; el viaje indescriptible donde no hay comunicación fluida.
Los momentos más tristes y dolorosos fueron cuando vi lo que una cirugía al cerebro provoca, cuando vi el equivocado poder que la ignorancia sumada a la manipulación de seres queridos, puede lograr... y cuando me quitaron la esperanza, esas personas que tendrían que haber apoyado el afán de una mejoría en quien era querido para ellos también, supuestamente.  El sentido común, la supuesta fe que muchos afirmaban tener no sirvió de nada, tampoco sirvió que yo fuese la hija, ni que él en su plena consciencia me quisiera tanto, no valió mi interés por su salud, ni contar con todo lo necesario para "hacer todo lo posible" ...no sirve cuando hay mentes que se acostumbraron a la inacción.
El día de más impotencia, día en el que no podía parar de llorar, fue al saber que pudiendo hacer algo por quien amas, no lo tenía permitido, sólo porque unas personas me lo prohibieron.  Que se hayan aprovechado de su falta de lucidez para tomar su propia decisión, que les aseguro hubiera ido en concordancia con las decisiones que yo quería tomar para su bienestar, eso si que es doloroso...
Lo bueno es que gracias a eso me he dado cuenta de quienes son las personas en quienes realmente puedo confiar y pude aprender que nadie, absolutamente nadie, tiene derecho a decirme lo que puedo o no puedo hacer, el valor hay que usarlo en su máxima expresión y más cuando se trata de un ser amado.


Rabo de nube - Silvio Rodríguez

Si me dijeran pide un deseo
preferiría un rabo de nube,
un torbellino en el suelo
y una gran ira que sube.
Un barredor de tristezas,
un aguacero en venganza
que cuando escampe parezca
nuestra esperanza.

Si me dijeran pide un deseo,
preferiría un rabo de nube,
que se llevara lo feo
y nos dejara el querube.
Un barredor de tristezas,
un aguacero en venganza
que cuando escampe parezca
nuestra esperanza.

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